SUGERENCIAS ABRIL 2021

 ABRIL 2021


INDEPENDENCIA, de Javier Cercas
¿Cómo enfrentarse a quienes manejan el poder en las sombras? ¿Cómo vengarse de quienes más daño te han hecho? Vuelve Melchor Marín. Y vuelve a Barcelona, donde es reclamado para investigar un caso vidrioso: están chantajeando con un vídeo sexual a la alcaldesa de la ciudad. Cargado con su pesar por no haber encontrado a los asesinos de su madre, pero también con su inflexible sentido de la justicia y su rocosa integridad moral, Melchor debe desmontar una extorsión que no se sabe si persigue el simple beneficio económico o la desestabilización política, y, para hacerlo, se adentra en los círculos del poder, un lugar donde reinan el cinismo, la ambición sin escrúpulos y la brutalidad corrupta. Por ahí, esta novela absorbente y salvaje, poblada de una pleyade de personajes memorables, se convierte en un retrato demoledor de la élite político-económica barcelonesa, pero sobre todo en un furioso alegato contra la tiranía de los dueños del dinero y los amos del mundo.

EL JUEGO DEL ALMA, de Javier Castillo

Nueva York, 2011. Una chica de quince años aparece crucificada en un suburbio a las afueras. Miren Triggs, periodista de investigación delManhattanPress, recibe de manera inesperada un extraño sobre. En su interior, la polaroid de otra adolescente amordazada y maniatada, con una sola anotación: «GINA PEBBLES, 2002».

Miren Triggs y Jim Schmoer, su antiguo profesor de periodismo, seguirán la pista de la chica de la imagen mientras investigan la crucifixión de Nueva York. Así se adentrarán en una institución religiosa en la que todo son secretos y en un enigma único lleno de suspense en el que deberán descifrar tres preguntas de respuesta imposible: ¿qué le sucedió a Gina?, ¿quién envía la polaroid? y, la más importante; ¿están conectadas ambas historias?


UNA PASION ESCRITA, de Maria Montesinos

Una mujer poco convencional

Cuando la joven Victoria regresa a Madrid después de unos años en Viena, se enfrenta a la encorsetada vida social de las mujeres de la alta burguesía española. La época en que frecuentaba los salones literarios vieneses y cultivaba su afición por la escritura parece haberse quedado atrás, pero ella no está dispuesta a resignarse.

Una pasión por la que alzar la voz

Mientras tanto, en la zona más popular de la capital, Diego trabaja en la imprenta familiar al tiempo que lucha por abrirse un hueco como reportero. Son años efervescentes para el periodismo, en los que los artículos de El Imparcial, El Liberal y La Correspondencia son comentados por todos los madrileños. Será precisamente en uno de estos diarios donde los destinos de Victoria y Diego se crucen por primera vez.

Un homenaje a las primeras periodistas

Tras el éxito de Un destino propio, María Montesinos continúa en Una pasión escrita su trilogía sobre las primeras mujeres que, en los albores del siglo XX, se atrevieron a luchar para poder ejercer su profesión. Inspirada en las historias reales de tantas periodistas obligadas a ocultarse bajo un pseudónimo masculino para conseguir pu blicar, esta novela recrea una época histórica fascinante y nos invita a vivir una emocionante historia de amor.


LOS DIAS BLANCOS, de Marta Armingol



LOS INGRATOS, de Pedro Simon

«Nos rezaban que cuatro esquinitas tenía mi cama y que cuatro angelitos nos la guardaban, pero mi cama por lo menos tenía cinco. Y uno de ellos era una señora de campo que pinchaba cuando te daba un beso».

1975. A un pueblo de esa España que empieza a vaciarse llega la nueva maestra con sus hijos. El más pequeño es David. La vida del niño consiste en ir a la era, desollarse las rodillas, asomarse a un pozo sin brocal y viajar cerrando los ojos en el ultramarinos. Hasta que llega una cuidadora a casa y sus vidas cambiarán para siempre. De Emérita, David aprenderá todo lo que hay que saber sobre las cicatrices del cuerpo y las heridas del alma. Gracias al chico, ella recuperará algo que creyó haber perdido hace mucho.
Los ingratos es una emocionante novela sobre una generación que vivió en aquella España donde se viajaba sin cinturones de seguridad en un Simca y la comida no se tiraba porque no hacía tanto que se había pasado hambre. Un homenaje, entre la ternura y la culpa, a quienes nos acompañaron hasta aquí sin pedir nada a cambio.